VAINILLA DEL SOL – La historia de un sueño arraigado en el sol, nutrido por el sol
Cuando este nombre se garabateó por primera vez en 2017, era solo una idea, una intuición casi frágil. Y, sin embargo, tras esas tres palabras se escondía todo un mundo. Cuatro años después, en enero de 2021, esta intuición se hizo realidad: una boutique, un lugar, una firma. Mientras tanto, me tomé el tiempo para comprender, escuchar y refinar lo que Vanilla del Sol realmente significaba para mí.
Y hoy, cuando la gente me pregunta: "¿Por qué Vainilla del Sol?" , no tengo ninguna duda.
Vanilla del Sol es la historia de una joven guadalupeña de origen humilde que se atrevió a soñar en grande. Una niña que se convirtió en mujer, viajó por el mundo, observó otras culturas y luego eligió algo aún más valiente: regresar a casa. Regresar para contribuir, para enriquecer su tierra, para crear algo auténtico y nuevo para las mujeres de su isla.
Vainilla , porque la vainilla encarna perfectamente a la mujer caribeña: un carácter intenso, una presencia que deja huella, una dulzura que sabe ser rara.
Vainilla, porque se necesita cuidado, atención y tiempo para cultivar una vaina perfecta, así como se necesita amor, amabilidad y un entorno saludable para que una mujer florezca plenamente.
Vainilla, porque su valor es inmenso, su aroma único y su fragancia perdura mucho tiempo después de su paso, como el rastro luminoso que deja una mujer realizada.
Vainilla, porque es resiliente, fuerte, capaz de resistir donde menos se la espera. Y, cuando la manipulan sin respeto, puede volverse tóxica. Las mujeres también conocen esta dualidad: fuerza silenciosa, poder interior, instintos protectores, dignidad inquebrantable.
Del Sol , porque soy hija del sol. Porque en el fondo, todas lo somos. Y no hay nada más hermoso que una mujer que brilla por dentro, radiante, segura y radiante.
Vanilla del Sol es mi tributo al Caribe. Crear un espacio cálido y refinado, diseñado hasta el último detalle —a pesar de las dudas, a pesar de las tormentas— fue mi forma de agradecer a la tierra donde crecí. Quería una boutique que me reflejara: un refugio inspirado en mis viajes, un lugar donde cada mujer pueda sentirse valorada, celebrada y escuchada.
No vienes aquí a ir de compras.
Vienes a vivir un momento.
Un paréntesis.
Un momento suspendido con un café o una copa de vino, según tu estado de ánimo.
Asesoramiento personalizado, sea cual sea tu tipo de cuerpo.
Conversaciones alegres, risas y ambiente hogareño.
Es como entrar en la casa de un amigo cuya única prioridad es que te sientas cómodo.
Esta tienda también es una continuación de la relación que he forjado contigo durante tantos años en redes sociales. Hemos crecido y evolucionado juntos, y estaba deseando darte la bienvenida, físicamente, a mi mundo.
Hacer realidad este sueño no fue fácil. Requirió superar límites, desafiar creencias y mantenerme firme ante los obstáculos. Tuve que creer en mí mismo cuando otros dudaban, rodearme de personas con ideas afines y cultivar mi visión incluso cuando parecía demasiado audaz.
Pero hoy estoy aquí. Y seguiré, pase lo que pase.
Porque quiero que cada mujer que pase por la puerta de Vanilla del Sol salga sintiéndose un poco más segura, un poco más feliz.
Porque quiero demostrar a los jóvenes de mi isla que todo es posible.
Porque quiero encarnar lo que predico: resiliencia, ambición, luz.
Si al entrar a Vanilla del Sol sientes aunque sea un fragmento del amor, tiempo y pasión que he puesto en este lugar, entonces lo he logrado.
Y si sales sintiéndote un poquito más radiante, entonces mi sueño habrá cumplido su misión.
Para vosotras, mis Vainillas.
Vanooh.


